En una nueva edición de Agroestrategas TV junto a Agrositio, nos adentramos en la historia de Che Mate de la mano de su director, Mateo Comba. Su testimonio no solo refleja la evolución de una empresa familiar con raíces en la producción agropecuaria, sino también una visión de negocio que apuesta a la diversificación y la innovación como pilares de crecimiento. En esta conversación, Mateo compartió detalles sobre cómo la empresa ha logrado expandirse manteniendo su esencia y afrontando los desafíos del sector.
Del campo a la innovación
Mateo pertenece a una familia que siempre ha apostado por el trabajo independiente. Con un padre ingeniero agrónomo y una madre ingeniera civil, el ADN emprendedor ya estaba presente. Lo que comenzó como una empresa productora agropecuaria en La Pampa pronto se convirtió en un ecosistema de negocios diversificados.
Hace 15 años, debido a los desafíos climáticos y políticos del agro, su padre decidió explorar nuevas oportunidades. Fue así como llegaron a San Juan, donde incursionaron en la producción de olivares y, más tarde, en el cultivo de pasas de uva y pistachos.
Una empresa familiar que evoluciona
Cada uno de los cinco hermanos de la familia Comba desempeña un rol clave dentro de la empresa. Desde ventas y bioeconomía hasta producción y comercialización, el trabajo en equipo es la base de su éxito. La toma de decisiones se da en un proceso estructurado, donde cada propuesta es debatida y analizada antes de ejecutarse. Un claro ejemplo de esta dinámica es el reciente desembarco de Che Mate en el mercado estadounidense a través de Amazon, un proyecto que Mateo impulsó y que hoy es una realidad.
La estructura de toma de decisiones dentro de la empresa es un elemento clave de su éxito. Según Mateo, cualquier nueva iniciativa se somete a una evaluación rigurosa antes de ser aprobada.
“Nos criticamos nuestras propias ideas antes de llevarlas adelante, buscamos siempre encontrar el equilibrio entre el riesgo y la oportunidad”, destaca.
Adaptabilidad y visión global
Desde Rosario hasta Misiones, pasando por San Juan y Buenos Aires, la familia Comba entiende que la diversificación es clave. “No es lo mismo producir calabazas en Misiones que pistachos en San Juan,” comenta Mateo. La capacidad de adaptarse a diferentes ecosistemas productivos les permite reducir riesgos y explorar nuevos mercados.
Desde la optimización del uso del agua en San Juan hasta la incorporación de nuevas tecnologías en la producción de yerba mate, cada paso que dan está basado en un análisis profundo del mercado y del entorno.
Pasión y trabajo en equipo
Más allá de los números y las estrategias, lo que más impacta al escuchar a Mateo es su entusiasmo. “No hay nada más lindo que ver a todos los hermanos trabajando con pasión y energía”, dice. Para ellos, el verdadero diferencial es su compromiso con el trabajo y su capacidad operativa.
El crecimiento de Che Mate es un reflejo de cómo la combinación de valores familiares, visión empresarial y flexibilidad estratégica pueden hacer la diferencia. En tiempos de incertidumbre, apostar por la innovación y el trabajo en equipo es lo que permite seguir avanzando.
Este caso demuestra que el éxito no es solo cuestión de recursos, sino de actitud y capacidad de adaptación. La historia de Che Mate nos deja una lección clara: la tradición y la innovación pueden coexistir, y cuando se trabajan en conjunto, pueden llevar a una empresa a lugares impensados.