Con un vibrante comienzo de año, ¿qué nos depara el futuro?

Muchas veces decimos que nada está pasando, pero otras podemos decir que todo está pasando. El mes de enero ha sido de lo más vibrante de los últimos años…

Si comenzamos a tomar qué cosas han sido relevantes para el análisis de corto, pero también para la mirada de las tendencias de largo plazo, claramente tenemos que ir a la asunción del presidente Donal Trump. A los fines de poder resumir conceptos, me voy a quedar con la idea concreta de fortalecer las cuentas públicas de EE.UU. y para ello es necesario bajar los déficits comerciales. La herramienta que se va a utilizar es concretamente, aplicar derechos de importación a todos los países y a todos los productos.

El formato de aplicación de la herramienta es primero ir a fondo, con “los tapones de punta” para luego ver qué se puede negociar – de más está decir que este presidente se siente cómodo negociando todo el tiempo – Primero apuntó a un 25% de impuesto sobre México y Canadá, también anunció que lo haría con China para luego retraerse, pero el dato es que a partir de marzo o abril sí se van aplicar desde ese origen.

El impacto concreto que está teniendo sobre los mercados es claramente un aumento de “volatilidad” potenciando el riesgo en distintas industrias y concretamente en el mercado de granos.

Por otro lado, la disrupción de Deepseek movilizó los mercados y deja ver que la tecnología viene a una velocidad muy superior a las conversaciones políticas, pero también algunas preguntas, ¿Cuánto podrán crecer las tecnológicas, estaban ya infladas? ¿Cómo se puede innovar? ¿China competirá en lo alto de lo tecnológico para así poder lograr influencia global?

En otro orden de cosas, Brasil desde inicio de año revierte su tendencia en la moneda y se apreció fuertemente el Real con el Dólar, esto hace perder competitividad al productor de dicho país y le da fortaleza a los precios de los granos.

Como podemos resumir, es un mundo bastante más caótico y entendamos esto como una exageración de resumen de los principales drivers geopolíticos y económicos.

En Argentina

También hemos tenido una linda noticia de parte del gobierno y es el decreto 38/2025 que apuntó a bajar los derechos de exportación en los granos y subproductos de soja, aceites y expeller hasta el 30 de junio de 2025, mejorando la ecuación y sacando al productor del posible quebranto.

Metiéndonos con los fundamentos de los mercados y puntualmente en Argentina, la oferta se ha visto afectada ya que hemos pasado el mes de enero con una ola de altas temperaturas y bajas precipitaciones que han dejado como consecuencia menores producciones tanto en soja como en maíz, según todas las fuentes de información pública, ya sea la Secretaría como las Bolsas argentinas.

En el caso de la soja, se rompió el piso de los 50 mil de toneladas y pasó a 47/48 mil de toneladas; en el caso de maíz, discusión de área mediante, también el número está en el orden de las 48 mil de toneladas – alejándonos de los potenciales de rendimiento por un lado, y con las lluvias de febrero colaborando a detener la baja de rindes –

Por el lado del USDA en su reporte de febrero, no hemos visto grandes cambios para ninguno de los productos, excepto en el caso de Argentina ajustando muy levemente el volumen de producción de soja.

Brasil

Estamos en plena actividad de cosecha de soja en Brasil y con estimaciones de exportaciones de más de 11 mil de toneladas para el mes de febrero. En el caso de maíz la Conab estima una producción de 122 mil de toneladas superior a lo estimado en enero a la inversa de lo que se estaba esperando, o sea en los dos granos seguiremos viendo el desempeño de este gigante país y cómo impactará sobre los precios.

Si bien hemos tenido muchas preguntas en el transcurso de estos meses respecto a la producción, gran parte del mismo ya es dato y se confirman las estimaciones de inicio de campaña donde vamos a tener más soja y maíz en el mundo con una demanda un poco más tranquila que años anteriores.

Es clave en el caso de un productor argentino que pueda realizar coberturas de precios en los niveles actuales, a no ser que su escenario construido sea que de aquí en adelante sigan bajando los derechos de exportación.