El comienzo de la campaña 2024-20’25 para la gruesa, en las zonas donde históricamente se produce girasol en Argentina, no se discute su participación, las claves son productivas por el lado el ‘año niña’ y por el resultado que arroja en los planes comparativos con otros cultivos de verano.
Para comenzar el análisis del mercado de girasol, es necesario que recorramos un camino donde podamos focalizar variables externas a los mercados de commodities, como pueden ser las volatilidades internacionales que han sufrido el precio de todos los activos en el comienzo de agosto, producto de cambios en las decisiones de política macroeconómica de algunos países, como por ejemplo Japón. En un segundo paso, es clave focalizar en variables internas del mercado, aquí haremos foco en las cuestiones fundamentales, concentrándonos en los principales países que ofrecen el producto y el subproducto, y en los países que demandan.
Factores Externos
Partiendo de las variables externas, lo primero que tenemos que describir es el informe que puso en vulnerabilidad en el corto plazo a la dinámica económica de Estados Unidos. Este dato es concretamente el desempleo, que pasó de 4,1% a 4,3%, generando en los principales fondos inversores del mundo un cambio en la toma de decisión sobre en qué activos estar invertido. En este mismo momento, Japón decide realizar un cambio en su política monetaria y aumenta la tasa de interés, generando al mismo tiempo un riesgo sobre el comportamiento en la evolución de la macro global.
Vale la pena aclarar que esto no generó un cambio de tendencia en el precio de ningún activo, pero lo que sí generó es mucha volatilidad y una búsqueda de resguardo que tuvo impacto en la economía real y deja en alerta permanente lo que pueda llegar a suceder de aquí en adelante.
¿Cómo impacta esto en el precio de los commodities?
En líneas generales, las semanas más crudas de la volatilidad no fueron positivas, por eso es importante detenerse a analizar cuál puede llegar a ser el escenario de aquí en adelante que impacte sobre el precio de las commodities. También es cierto, y para cerrar con los factores externos, que la geopolítica internacional también es un condimento importante en la volatilidad de los mercados y, puntualmente, ya metiéndonos de a poco en el mercado de girasol, en la guerra Rusia/Ucrania, que ha tenido nuevos eventos que hacen dudar cuál potencialmente puede llegar a ser el final de esto que ya tiene un período más que largo.
Factores Internos
Los factores internos a los mercados que tenemos que analizar tienen que ver con cuál va a ser el volumen de producción mundial que vamos a obtener. Para eso, tomando el último dato del informe de USDA, el mundo va a tener un 4,6% menos de producción respecto del año pasado, que fue un año de aumento en la producción mundial. Los países que más explican el volumen absoluto de baja de producción son Rusia y Ucrania, con un porcentaje aproximado del 8% entre los dos. Estos países enfrentan un impacto climático adverso para la evolución del cultivo, pero también generan ciertas dudas, lo que anteriormente se nombraba sobre la guerra que vienen teniendo desde el 2022.
Demanda
El dato interesante por el lado de la demanda es que tanto India como China están demandando aceite de girasol en una proporción mayor a años anteriores. Esto claramente obedece a una baja en el precio del complejo de todos los aceites y del aceite de girasol en particular. A medida que el nivel de precios del aceite de girasol tenga precios como los del comienzo de la guerra en el 2022, que llegó a más de 2300 dólares la tonelada, esta demanda seguirá firme.
Conclusión
Parecería que el precio del girasol a nivel internacional tiene sustento para mantenerse en los niveles actuales y un potencial de suba de precio por adversidades en el factor climático que falta recorrer en los principales países productores como Rusia, Ucrania y Argentina. Bajando el análisis del precio a las decisiones de los productores agropecuarios argentinos, parece que el girasol en las zonas de mayor influencia del cultivo es el que mejor resultado tiene comparativamente con otros cultivos de verano. Sí es cierto que a la campaña anterior, la campaña 2023/2024, le resta por comercializar el 50% de lo producido y eso podría llegar a generar ciertos techos a los precios disponibles y futuros.
Por último, empezar a tomar coberturas de precios con forward en el orden de los 350 dólares por tonelada sería muy prudente, ya que es una renta positiva en un cambio de escenario macroeconómico que nos genera mucha incertidumbre.